El avance de la investigación en torno a la COVID-19 facilitada por la apertura de los datos y las publicaciones científicas, el anteproyecto de ley de la ciencia catalana o el pacto nacional por la sociedad del conocimiento en Cataluña nos hacen mirar los próximos cuatro años con la esperanza puesta en el avance de la ciencia abierta.
La reflexión que hace Enric I. Canela, catedrático emérito de bioquímica y biología molecular de la Universitat de Barcelona, publicada en el periódico L’Econòmic, gira en torno a los avances que la ciencia abierta ha hecho posible con la investigación sobre la COVID-19. Bajo el título ‘La legislatura de la ciencia abierta’, Canela expone que la pandemia ha puesto de manifiesto los beneficios no solo económicos sino también sociales de facilitar el acceso a las publicaciones científicas y a los datos de investigación.
En esta misma dirección parecen dirigirse los pasos políticos en Cataluña, con la aprobación del Pacto Nacional para la Sociedad del Conocimiento que incluye la implementación de una estrategia de ciencia abierta. Esta estrategia pretende alinearse con las políticas de la Comisión Europea sobre acceso abierto a la ciencia, y se ha desarrollado teniendo en cuenta las Recomendaciones de la Open Science Policy Platform.
El compromiso político también se ha dejado notar en la aprobación del anteproyecto de ley de la ciencia de Cataluña, que recoge aspectos clave del Pacto Nacional para la Sociedad del Conocimiento.
En efecto, y tal como decía el doctor Canela, esta podría ser la legislatura de la ciencia abierta.